miércoles, 3 de agosto de 2011

Capítulo 6 - Conclusiones - Modelo Hidrogeológico

Capítulo VI

6.1 Conclusiones


            Respecto a la hidroquímica, se observa que existe una conexión hidráulica entre el acuífero Marifil y los grandes cuerpos de aguas superficiales, como ser la laguna que ocupa el centro del Bajo del Paisano, o arroyos, insumidos o no, como ser el Valcheta, Chasicó, Paja Alta y Tembrao. No ocurre lo mismo con los cuerpos de agua menores, como ser la Laguna del Galgo.

            Analizando en particular la composición de las tres muestras tomadas en el pozo La Travesía II, correspondiente la primera al inicio del ensayo de bombeo, la segunda tomada después de 12 horas de bombeo constante, y la tercera extraída al final del ensayo, después de 48 horas de bombeo continuo, respecto a los cationes, las variaciones observadas no resultan concluyentes, excepto una caída en la concentración de ion calcio y un aumento moderado en lo que respecta al ion magnesio. Se aprecia asimismo un moderado aumento de la conductividad, un aumento significativo de los cloruros simultáneo a una importante baja en los sulfatos, que caen prácticamente a un décimo de la concentración inicial. Esto reviste especial importancia por cuanto este es un ion problemático en lo que se refiere a la aptitud del agua para la agricultura, ganadería, consumo humano y uso en elaboración de mezclas de cemento para la construcción, por sí mismo o si va asociado a Mg o Na en cantidades importantes, ya que puede comunicar propiedades laxantes en animales y personas, y en cantidades elevadas puede ser perjudicial a las plantas, mientras que más de algunos centenares de ppm perjudican a la resistencia del hormigón y cemento. Sobre todo en el caso de la ganadería, actividad económica excluyente en la región, donde los niveles de sulfato habituales en el agua subterránea están muy cerca del límite de tolerancia de ovinos y caprinos, las especies ganaderas más resistentes a ese ion.

            Respecto a la isotopía, sin perder de vista el marco de aplicación de este estudio isotópico en particular, esto es la limitada cantidad de muestras analizadas y la inexistencia de antecedentes de aplicación en el país y la exigua bibliografía internacional existente, preliminarmente se puede afirmar que se confirmaría la validez del método como indicador litológico de la zona de recarga, en este caso los basaltos de la meseta del Somuncurá.

            También, y dado que las aguas pasan de cloruradas sulfatadas a cloruradas, se podría inferir que el sulfato presente en el agua provendría de los basaltos y no de las sedimentitas marinas terciarias que se encuentran por arriba del acuífero. Podría, eso si, existir un intercambio atómico parcial entre los sulfatos transportados por el agua y los presentes en los sedimentos, que explicaría el empobrecimiento gradual en ese anión a medida que el agua gana en profundidad y un enriquecimiento simultáneo en el isótopo liviano S32.

            Pero cabe aclarar que ya las aguas que brotan de los manantiales de la meseta ya poseen una elevada concentración de sulfatos. La misma característica presentan las lagunas que se encuentran sobre la meseta basáltica (Sisul, 1998). Generalmente los sulfatos se originan en la oxidación, biológica o abióticamente, de sulfuros. Pero cabe aclarar que los estudios existentes de la Formación Somuncurá (Croce, 1963; Corbella, 1974; Ardolino, 1981; y Remesal y Párica, 1989) no señalan la presencia de ese anión en la mineralogía de los basaltos. Considerando el origen propuesto por Risacher et al, (1998), para los sulfatos presentes en cuencas cerradas del norte chileno, no habría que descartar que un mecanismo similar ocurra en la Patagonia Extraandina, donde también vientos dominantes del oeste arrastran las emanaciones de volcanes andinos, que precipitarían en formas de lluvias ácidas sobre estas cuencas endorreicas, donde se acumularían.

            Esta primera aproximación para el estudio del ciclo hidrológico alienta a futuras aplicaciones del método, por supuesto que requiriendo de un muestreo más amplio y acompañado del estudio de los otros isótopos estables del agua, como son el deuterio (²H) y el 18O, y también de arsénico y fluor, para determinar el posible aporte de los volcanes andinos.

6.1.1.- Modelo Hidrogeológico


            De acuerdo a la geología, las unidades en explotación en el Campo de Bombeo de La Travesía corresponden la las rocas de porosidad intersticial dada por fisuras, con permeabilidad baja a muy baja, correspondientes a la Formación Marifil (Lambán 1998), que si bien puede llegar a considerarse impermeable a escala regional, a nivel local existen varias obras de captación en esta formación, correspondiente a pozos cavados a mano (jagüeles) en los que mediante el uso de barrenos o explosivos se conectaron fracturas de circulación preferencial de agua subterránea. Por ello se orientó el presente trabajo al estudio del Acuífero Marifil, contenido en la Formación homónima.

            A nivel regional la extensión aflorante de las diferentes unidades acuíferas presentes en el área de estudio se detallan en el Mapa 1, y  mediante el Corte 1, integrando los resultados obtenidos mediante la prospección geoeléctrica y los pozos de estudio realizados en el campo de bombeo de La Travesía, se elabora un corte esquemático del subsuelo, en dirección este-oeste y paralelo a la Ruta Nacional 23.

            A nivel local, esto es en el Campo de Bombeo, integrando la descripción de los recortes de perforación (Tabla 6), y ajustados los pases formacionales mediante la interpretación del perfilaje geoeléctrico realizado en el pozo de estudio La Travesía II (Perfil 1), se elabora un perfil geológico del Pozo de Estudio (Perfil 2). A partir de este perfil, y utilizando los datos obtenidos mediante los SEV 1 a 11 inclusive, se reconstruye la geometría del subsuelo de la zona de explotación.

            Por lo expuesto se define al Acuífero Marifil, como un acuífero semiconfinado, con características de fisurado-fracturado, que ocupa los niveles superiores de la Formación homónima, que a su vez puede ser el basamento hidrogeológico regional. Este acuífero tiene como área de recarga los sectores donde la Formación Marifil aflora, esto es en el sector occidental del área de estudio (Mapa 1), adyacentes a la Meseta de Somuncurá. Los basaltos de esta última , a su vez hacen de receptores de las precipitaciones níveas y pluviales, que escurren de la meseta en forma de manantiales y arroyos. Estos se insumen en los sedimentos, continentales y marinos, que cubren a la Formación Marifil, hacia el centro y este del área en estudio.

            Con respecto al funcionamiento hidrogeológico de la región, podemos decir que la recarga se produce fundamentalmente por infiltración de las aguas pluviales y nivales que son captadas por los basaltos de la meseta. Allí escapan de la evaporación al infiltrarse a través de grietas y fracturas, desde donde brota por los manantiales de las laderas, formando arroyos, que la mayoría insumen. Desde allí infiltra hasta llegar a un nivel impermeable, constituido por las riolita e ignimbritas de la formación Marifil. Esta roca, alterada y fracturada, es la que conformaría el acuífero estudiado en el campo de bombeo de La Travesía.

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