jueves, 23 de junio de 2011

Capítulo 3 - Antecedentes Geológicos - Generalidades y Estratigrafía

3.2. Antecedentes Geológicos

3.2.1. Generalidades y Estratigrafía:

En la zona en estudio predominan los depósitos del terciario superior – cuaternario, inferior, correspondientes a los rodados patagónicos o a depósitos coluviales y aluviales. El basamento presilúrico, las plutonitas pérmicas y las vulcanitas jurásicas afloran en el sector oeste del área. Por encima de estos se ubican, en el mismo sector las sedimentitas marinas del Maastritchtiano – Daniano y los basaltos oligocenos. Las sedimentitas marinas y continentales del Terciario medio – superior, se encuentran en los bordes de los bajos mayores y los acantilados de la costa, asomando por debajo de los rodados y apoyadas en las vulcanitas jurásicas y las sedimentitas maastrichtiano – danianas.

1) Basamento Precámbrico - Paleozoico: Está constituido principalmente por rocas ígneo metamórficas (gneises, esquistos, filitas, granitos, granodioritas, tonalitas y pegmatitas) y sedimentitas paleozoicas. En ambos casos, y desde un punto de vista hidrogeológico, se consideran impermeables a escala regional. El agua existente procede de las zonas meteorizadas o fracturadas, las cuales van decreciendo progresivamente en importancia al aumentar la profundidad. En el área de Sierra Grande – Valcheta esta unidad corresponde al Complejo Mina Gonzalito, Formación Jagüelito y Formación Pailemán. (Lambán, 1998).

La Formación Nahuel Niyeu, definida por Caminos, (1983), para describir el basamento metasedimentario de grado bajo a muy bajo que, en el Macizo Nordpatagónico, aflora desde el sur de la localidad de Nahuel Niyeu hasta los alrededores de Aguada Cecilio. Wichman (1926) las había mencionado anteriormente pero incluyéndolas en lo que llamó Basamento Cristalino, junto con las plutonitas neopaleozoicas, pero sin diferenciar los distintos componentes. Ramos (1975) al oeste de la mina Gonzalito, describe una faja discontinua de afloramientos, desde Rincón Verde hasta cerca del margen izquierda del Arroyo Salado, compuesta de metamorfitas de bajo grado, llamándolas Formación Jagüelito. Stipanicic y Methol (1972) correlacionaron las rocas metamórficas definidas por Ramos (1975) con las metamorfitas aflorantes en el ámbito de la Hoja 4166-II San Antonio Oeste y con los esquistos, filitas y pizarras de la zona de Sierra Grande, anteriormente asignados por De Alba (1964) al precámbrico. Otros estudios específicos en relación con esta unidad, fueron realizados en los últimos años por Linares et. al. (1990), Cagnoni et. al. (1993) y Chernicoff (1994). Esta Formación aflora en el área bajo estudio entre Aguada Cecilio y laguna Curicó. Conforma lo que González Díaz y Malagnino (1984) denominan peneplanicie exhumada, presentándose en un relieve muy suave cubierta por sedimentos cuaternarios en mayor o menor medida, con superficies aflorantes netas reducidas. Esta situación dificulta la observación de los contactos con las formaciones suprayacentes.

Litológicamente se compone de un conjunto de tres rocas: semiesquistos, esquistos cuarzo - feldespático - biotíticos y hornfels. Los esquistos, de color gris verdoso, tamaño de grano mediano a fino y superficies de meteorización cubiertas por delgadas pátinas arcillosas, presentan al microscopio textura granoblástica - homeoblástica y están compuestos por cuarzo, feldespato alcalino, biotita y oligoclasa (Martínez et al. 1998). Los semiesquistos, de color gris, grano fino a mediano, compuestos por cuarzo, feldespato calcosódico y mica, presentan al microscopio textura glanoblástica - cataclástica, con litoclastos de cuarzo, feldespato calcosódico, moscovita y biotita en láminas. La matriz, recristalizada en parte por un incipiente metamorfismo dinámico, está compuesta por moscovita, sericita y clorita (Martínez et al. 1998). Los hornfels, de color gris oscuro a pardo amarillento, tienen textura granoblástica y se los puede ubicar en la facie de hornfels albítico - epidóticos, de baja temperatura. En general los afloramientos presentan una esquistocidad subvertical, este - oeste y noreste - sudoeste. Presentan evidencias de haber sido plegadas y dislocadas, reconociéndose antiformas con ejes verticales en la zona de Puesto Betbader.

En su techo descansan discordantemente las cuarcitas de la Formación Sierra Grande al oeste de la Salina de Gualicho, formación Puesto Piris al norte del puesto homónimo, Formación Marifil al noroeste y norte de Aguada Cecilio y Formación Arroyo Barbudo en los alrededores de Aguada Cecilio (Martínez et al. 1998). Entre la Salina del Gualicho y Salitral del Gualicho, norte de Puesto Piris y norte de Puesto Lucero, son intruídos por granitos pérmicos del Complejo Plutónico Pailemán. Caminos (1996), le asigna provisionalmente una edad Proterozoico superior basándose en la datación Rb/Sr que dio 600+25 ma (Linares et. al., 1990), pero manteniendo una actitud dubitativa respecto a la edad real y recomendando resolver este problema en futuras investigaciones. Ramos (1975), también le asignó a la Formación El Jagüelito (de gran similitud litoestratigráfica con la Formación Nahuel Niyeu) una edad precámbrica, por estar cubiertas en forma discordante por la Formación Sierra Grande, pero admitiendo la posibilidad de que sean eopaleozoicas (presilúricas). Ante la falta de otras dataciones absolutas y debido a la escasa expresión areal de los afloramientos en el área de este trabajo, en gran parte cubiertos por sedimentos actuales, no se puede compartir la opinión de Caminos (1996) en cuanto a la edad Proterozoico superior con dudas para la Formación Nahuel Niyeu.

2) Complejo volcánico Triásico-Jurásico: Esta secuencia volcánica se desarrolla en el ámbito del Macizo Nordpatagónico. Litológicamente se encuentra constituida por riolitas, riolitas porfíricas, ignimbritas y tobas. También se incluyen dentro de este grupo las andesitas, dacitas y brechas del Terciario al presentar un comportamiento hidrogeológico similar. Las riolitas, junto con las riolitas porfíricas, son las rocas más representativas, presentándose en forma de coladas. Las andesitas se presentan en forma de mantos discontinuos y se trata de rocas de aspecto afanítico y grano fino. También se pueden encontrar areniscas de grano medio a conglomeráticas con fósiles de plantas. Desde un punto de vista hidrogeológico se trata de rocas con porosidad intersticial y fisural, hidrogeológicamente impermeables a escala regional. En la zona de Sierra Grande-Valcheta este complejo se encuentra representado por la Formación Marifil (Malvicini y Llambías, 1974), mientras que en la zona de Sierra Colorada-Los Menucos-Maquinchao corresponde a la Formación Sierra Colorada y Formación Los Menucos. (Lambán, 1998).

La Formación Marifil: Malvicini y Llambías, (1974), dieron el nombre de Formación Marifil a afloramientos de riolitas e ignimbritas, de considerable extensión en el sudeste del Macizo Nordpatagónico, en las cercanías del límite Río Negro – Chubut (arroyo Verde), extendiendo sus afloramientos hacia el norte sin precisar sus limites. Posteriormente Núñez et. al. (1975), basados en datos radimétricos y paleontológicos, extienden el dominio de esta unidad a la zona de Valcheta y aledaños, y por último Cortés, (1981), eleva la unidad a categoría de complejo.

Litológicamente se encuentra constituida por ignimbritas, tobas, y principalmente por riolitas, riolitas porfíricas. Éstas se encuentran dispuestas en forma de coladas. Desde un punto de vista hidrogeológico se trata de rocas con porosidad intersticial y fisural, que a escala regional son impermeables.(Lambán, 1998). En la comarca comprendida en este trabajo, el Complejo Volcánico Marifil aflora en la peneplanicie exhumada, asomando por debajo de la meseta basáltica, mayormente hacia el este de esta, quedando relictos en forma de suaves lomadas al norte de la Ruta Nacional 23. En este mismo sector hay otros pequeño afloramiento al este de la laguna Curicó. (Martínez et al. 1998).

Las riolitas se presentan de color pardo rosado, con fenocristales de cuarzo y feldespato muy alterados. Tiene textura porfírica con fenocristales de cuarzo y feldespatos euhedrales de habito tabular. La mesostasis está formada por un agregado de pequeños individuos de cuarzo, feldespato y material arcilloso. (Martínez et al, 1998). Las vulcanitas de la Formación Marifil se apoyan sobre las metamorfitas del basamento y los conglomerados de la Formación Puerto Piris en la zona al oeste de Aguada Cecilio, donde son cubiertas por la Formación Arroyo Barbudo y los basaltos de la formación Somún Curá. (Martínez el al, 1998). La edad considerada, usualmente sobre la base de la flora de Benettitales (Otozamites, Dictyozamites y Ptilophyllum) encontrada y a diversas dataciones radimétricas, es de edad jurásica media. Núñez et. al. (1975) menciona dataciones de una edad de 170+10 m.a., mientras que una datación de una riolita del cerro Chenque (Gran Bajo del Gualicho) hecha por Lizuaín (1983) dio una edad de 153+10 m.a.

Otras dataciones en afloramientos asignados a la Formación Marifil fuera de la zona (Sierra de Pailemán) han dado edades que llegarían al Liásico alto (188+1 m.a., Rb/Sr roca total) por lo que la edad a asignarle es Lias-Dogger en sentido amplio. (Martínez et al, 1998)

3) Sedimentitas continentales Cretácico-Terciarias. Constituidas por sedimentos continentales con importantes variaciones de litofacies (Grupo Neuquén). Litológicamente se trata de una sucesión de areniscas gruesas, en parte conglomeráticas, con presencia de restos de troncos silicificados y abundantes saurios. En la zona de Sierra Grande-Valcheta sobre esta formación se sitúa la Formación Los Alamitos (Franchi y Sepúlveda, 1980) y la Formación Sarmiento (Simpson, 1941; Spalletti-Mazzoni, 1979). La Formación Los Alamitos se encuentra constituida por sedimentos de grano fino: areniscas, arcillitas y limolitas, siendo muy común la presencia de yeso, el cual llega a formar niveles de 15 a 20 cm de espesor. La Formación Sarmiento está constituida por sedimentos piroclásticos de tufitas arenosas, limoarcillosas y brechas con importantes contenidos de vertebrados mamíferos. Desde un punto de vista hidrogeológico todos estos materiales se consideran como sedimentos de porosidad intersticial y permeabilidad baja, con importancia relativa de pequeña a moderada. En Sierra Colorada-Los Menucos-Maquinchao estas sedimentitas únicamente aparecen representadas por el Grupo Neuquén. (Lambán, 1998)

4) Sedimentitas marinas Cretácico –Terciarias: Estos materiales corresponden a dos episodios transgresivos bien definidos. El primer episodio da lugar a la denominada Formación Roca mientras que el segundo corresponde a la Formación Patagonia. La Formación Roca (Roth, 1899) se encuentra constituida por arcillas compactas, margas, calizas arcillosas y calizas compactas, cuyos afloramientos no superan los 30 m de espesor. En algunas localidades se inicia con un conglomerado basal seguido por una secuencia arenosa calcárea. Esta formación aflora tanto en la zona de Sierra Grande-Valcheta como en la de Sierra Colorada-Los Menucos-Maquinchao. La Formación Patagonia se apoya en discordancia angular sobre las formaciones más antiguas. De base a techo se encuentra constituida por conglomerados (en ocasiones brechoides), tobas cineríticas, areniscas calcáreas y por último, un banco de caliza con abundantes restos de Ostrea sp. Se caracteriza por presentar una disposición horizontal en afloramientos que no superan los 140 m de espesor. Esta formación únicamente aflora en Sierra Grande-Valcheta. Desde un punto de vista hidrogeológico, tanto la Formación Roca como la Formación Patagonia se agrupan dentro de los sedimentos de porosidad intersticial y permeabilidad baja, con una importancia hidrogeológica muy pequeña. (Lambán, 1998). Esta poca importancia está íntimamente relacionada con la mala calidad del agua, como se verá más adelante.

La Formación Bajo Gualicho: Dentro del área de trabajo y alrededores, han sido aplicadas varias denominaciones a las sedimentitas marinas consideradas eocenas – miocenas correspondientes a las ingresiones llamadas patagoniense y entrerriense. Kaasschieter, (1963), definió la Formación Barranca Final, con perfil tipo situado en los acantilados a lo largo de la costa del Golfo San Matías, cerca de la localidad homónima. El perfil tipo se caracteriza por arcilitas y arcilitas arenosas con intercalaciones tobáceas, grises. En los pozos, la parte inferior se distingue por su alto contenido de tobas y por ser a menudo de grano mas grueso que la parte superior, que es generalmente arcillosa. Según Kaasschieter (1965), la parte inferior tobácea puede ser distinguida al oeste y sudoeste de su zona de estudio y parece pasar a depósitos descriptos por Feruglio (1949-1950) como “Patagoniense (a lo largo de la costa atlántica al norte de Comodoro Rivadavia). En los pozos estudiados por Kaasschieter (1965), los espesores son los siguientes: Pedro Luro-1 470m; , Colorado-1 772m; Lagunas Dulces-1 265m.

De acuerdo a Kaasschieter (1965), no se observan contactos en el perfil tipo; en el subsuelo, apoya sobre las Formaciones Elvira y Ombuctá y es cubierta por la Formación Belén. Las especies de foraminíferos planctónicos que Kaasschieter (1965) cita para esa unidad, clasificados en forma provisoria, indican una edad Terciario superior – Cuaternario. Gelós et. al. (1993) estudiaron varios perfiles muy cercanos a la localidad tipo de la Formación Barranca Final. Sin embargo, no mencionan a esta unidad y asignan las sedimentitas en cuestión a la Formación Patagonia (Stipanicic y Methol, 1972), cubierta en esa localidad por la Formación Río Negro. Camacho (1967) en un trabajo de carácter general, menciona estratos eocenos en el Gran Bajo del Gualicho, correspondientes al Entrerrianense. Entre las localidades con Venericor, genero que identifica las sedimentitas eocenas, menciona a San Antonio Oeste. En su mapa paleogeográfico del Mioceno superior incluye la costa norte del Golfo San Matías, pero según se desprende del texto, las incluye en la Formación Entre Ríos. Feruglio (1949-1950) ubica al “Patagoniense” en el Oligoceno superior a Mioceno inferior, y el “Entrerriense” en el Mioceno superior a Plioceno inferior. Finalmente Gelós et. al. (1993) manifiestan que la unidad que ellos denominan Formación Patagonia “sería equivalente por sus características litoestratigráficas a la Formación Gran Bajo del Gualicho”.

Porro y Fidalgo (1981) denominan Formación Patagonia (Riggi, 1980) a los afloramientos de la costa al sur de San Antonio Oeste, aclarando que correspondería al miembro Monte León que en la zona litoral de Santa Cruz y sur de Chubut es del Oligoceno tardío. Además establecen la continuidad de estos depósitos con los que menciona Núñez (1973) para la región de Valcheta y Luzuaín y Sepúlveda (1978) para el Bajo del Gualicho. La Formación Gran Bajo del Gualicho fue definida por Luzuaín y Sepúlveda (1978) para caracterizar una secuencia de sedimentitas marinas subhorizontales, compuesta por fangolitas arenosas, margosas y calcoarenosas, areniscas de grano fino a medio, areniscas calcáreas y limoarcilitas, con abundante yeso, aflorantes en el área del Gran Bajo del Gualicho y en la Salina homónima, incluyendo en estas sedimentitas a las atribuibles por una parte al Patagoniense (Camacho, 1974), y por otra, a la Formación Entre Ríos (Rizzolo, 1968), pero que litológicamente son muy similares.

Reicher y Camacho (1992) identificaron a la Formación Gran Bajo del Gualicho en un perfil del Cerro Bandera. Las sedimentitas consisten en areniscas tobáceas, predominantemente castañas. Asignándoles edad eocena por la presencia de Venicor e Iheringgiella patagoniensis y mencionan que las características litológicas y paleontológicas concuerdan muy bien con la sección inferior de la Formación Gran Bajo del Gualicho, y también con las de la Formación Vaca Mahuída.

En el área de trabajo estas sedimentitas afloran en forma discontinua pero muy generalizada, en el sector centro – noreste, constituyendo los barrancos y faldeos de todos los bajos mayores y en la zona sur de San Antonio Oeste, generalmente cubierta por coluvio cuaternario, no permitiendo visualizar secuencias continuas, pese a tener un espesor que a la altura de Las Grutas sería de más de 200 m.. Los afloramientos se interrumpen al llegar sector sudoeste, debido a que esta zona corresponderían a un elemento positivo en la época de la ingresión.

La litología de esta Formación se destaca por tener una composición, casi exclusiva, arcillo arenosa, de colores varían entre pardo amarillento y pardo grisáceo, en distintos grados de intensidad, con variaciones blancas y verdosas. Se distinguen arcilitas, arcilitas con variaciones areno - margosas, calcoarenosas, areniscas de grano mediano a fino, areniscas coquinoide, arcillosas y calcáreas, siendo también importante la presencia de material tobáceo y la abundancia de niveles con yeso, cristalino o pulverulento, intercalados concordantemente en el paquete sedimentario o en forma de laminas de no más de 10 cm de espesor, que cortan los bancos (Martínez et al., 1998).

Las estructuras y relaciones estratigráficas se manifiestan en algunos lugares, pero claramente en la Ruta Nacional nº 3, al oeste de San Antonio Oeste, donde la ruta dobla al sur; se observa el contacto discordante con la Formación Río Negro que la suprayace. El contacto, también discordante, con la Formación Arroyo Barbudo, se observa fuera del área de estudio en la mitad occidental del Gran Bajo del Gualicho.
La unidad se dispone preferentemente en bancos suborizontales, lenticulares con espesores que varían entre los cincuenta centímetros y dos a tres metros,. La longitud de los lentes no es muy fácil de determinar debido a los discontinuo de los afloramientos, pero en general tienen longitud mayor a los diez metros. estos bancos suelen presentar estructura interna marcada, mayormente estratificación entrecruzada en artesa y en menor medida laminación o estratificación subparalela.
En cuanto a la edad, Reichler y Camacho, (1992), consideran Eoceno la edad de la sección inferior por la presencia del género Venericor, aunque ya Rossi de García et. al, (1980), habían establecido que dicho género en realidad correspondía a Neovenericor nov.gen. de edad Oligoceno superior. Gelós et. al. (1993) y Ángulo et. al. (1978) asignan estas sedimentitas al Mioceno superior, basados en la edad otorgada a esta formación por Feruglio (1950) y Camacho (1967). Mencionan además que numerosos trabajos de áreas restringidas se han dado a conocer en distintas oportunidades sobre el tema, ellos no varían mayormente su ubicación estratigráfica. Malumián et. al. (1984) reconocieron foraminíferos de la asociación Criobrotalia hornibrooki, de edad oligocena - miocena temprana en una muestra de la Formación, y Concheyro reconoce nanofósiles calcáreos de la especie Triquetrorhabdulus carinatus martini, del Oligoceno tardío al Mioceno temprano (Zonas NP25-NN2 de Martini, 1971), en muestras recogidas en las tareas de campo correspondientes a este trabajo. De acuerdo con estos antecedentes se establece para la formación una edad que va del Oligoceno (sensu latu) al Mioceno temprano. (Martínez et al., 1998)

La Formación Roca: Fue definida por Root (1899) y formalizada por Andreis (1965) en la desembocadura del Río Negro, y posteriormente otros autores trabajaron sobre la unidad, como Feruglio, (1949-50), y De Ferrariis,(1964). En el ámbito del área de trabajo aflora en los bordes de la meseta coronada por los Rodados Patagónicos, y en los bordes de los bajos, tanto en los mayores como en los menores. Los afloramientos son discontinuos y en gran parte se hallan cubiertos por coluvio, por lo que no se ha podido realizar perfiles completos de esta formación. Los espesores considerados para la zona son en general de 10 a 15 metros.

Litológicamente está compuesta por areniscas de grano mediano a fino con el típico color gris azulado, a pardo grisáceo, con alta friabilidad y limoarcilitas pardo claras a rosadas. Aisladamente se encuentran lentes cineríticos blanquecinos de escaso desarrollo y espesores de no más de 2 metros. Las areniscas son predominantes en el paquete sedimentario y se encuentran en bancos macizos o con laminación normal o estructura diagonal y entrecruzada, de no más de tres centímetros de ancho. Los espesores de estos bancos varían de 10 centímetros a 5 metros.

Mineralógicamente se componen de cuarzo, plagioclasa y opacos como minerales principales. El cuarzo es microcristalino, anhedral, subanguloso y en la mayoría de los casos con extinción ondulante, la plagioclasa es subhedral con algunos casos de estructura zonal y escasa alteración sericítica, los opacos son generalmente biotita alterada, hipersteno y hornblenda. En orden decreciente se encuentra además, vidrio volcánico y líticos volcánicos y en cantidades escasas de epidoto, cianita, calcita y circón. Hay yeso, laminar y fibroso, generalmente acumulado en la base de los bancos o entre ellos , formando finas capas concordantes o cortando los bancos. El material pelítico subordinado se encuentra en bancos de no mas de 2 m de espesor, finamente laminados o macizos. Las psamitas de la Formación Río Negro cubren en aparente discordancia erosiva a las sedimentitas de la Formación Gran Bajo del Gualicho (esta relación se observa bien en Puesto Urceda y al este de la Ruta Provincial 2 sobre el borde norte del Gran Bajo. Sepúlveda, (1983), menciona que se apoya en concordancia con lo que él define como Formación Puerta del Diablo, que no sería otra cosa que un segmento con faunas entrerrienses de la Formación Gran Bajo del Gualicho, pero esto no es general ya que la mayoría de los lugares aparece en aparente discordancia. A su vez la Formación Río Negro es cubierta en forma discordante por lo Rodados Patagónicos.

Distintas edades se le asignaron a esta unidad, desde Mioceno inferior hasta Pleistoceno, pero más recientemente fue aceptada una edad pliocena media a superior, que Pascual et. al., (1965), citan como edad pliocena media, sobre la base de mamíferos hallados en la localidad de General Conesa y en la Desembocadura del Río Negro. En el perfil levantado al noreste del Puesto Echávez por Lizuaín, (1983), se hallaron fragmentos de cráneo y maxilares con dentición completa de Mesotheridae (Notoungulata) Spp, transicional entre Eutypotherium y Typotheriopsis, asignables al Plioceno inferior, casi en el límite Mioceno – Plioceno, por lo que le asigna una edad Pliocena inferior – media a los afloramientos en la zona de trabajo.

5) Basaltos Plio-pleistocenos: Esta formación fue definida por Ardolino, (1981), y corresponde a una importante sucesión de coladas de vulcanitas básicas y tobas que cubrieron una enorme superficie, la cual sobrepasa en la actualidad los 20.000 km². Se encuentra constituida principalmente por basaltos olivínicos de grano fino, tobas vítreas y cineríticas. Son los denominados “basaltos de meseta”, que se disponen de forma subhorizontal en discordancia erosiva sobre las plutonitas de la Sierra Paileman, riolitas de la Formación Marifil y sedimentos marinos de la Formación Roca. Estos basaltos se encuentran cubiertos en la Alta Sierra de Somuncurá por basaltos y traquitas correspondientes a las formaciones Curriqueo y Quiñelaf. Se presentan en forma de coladas y se encuentran afectados por numerosos planos de diaclasas horizontales y verticales, generalmente abiertas. En general presentan una textura masiva, aunque en el extremo superior y en el contacto con los materiales subyacentes estas coladas presentan una textura más alveolar o vesicular. El espesor es muy variable, desde algunos pocos metros hasta más de 100 m. Se puede considerar como dato medio un espesor de unos 15 m (variando entre los 10 y 25 m). Los espesores más importantes se encuentran generalmente en las áreas de cabecera de los distintos arroyos que nacen en la meseta. Como se verá más adelante es la formación que presenta mayor interés desde el punto de vista hidrogeológico definiéndose como rocas de porosidad intersticial y fisural de permeabilidad baja a alta y de gran importancia hidrogeológica. Los materiales correspondientes a esta formación constituyen la principal área de recarga a escala regional de la Meseta de Somuncurá. (Lambán, 1998)

La Formación Somún Curá: Definida por Ardolino, (1981), para agrupar un conjunto de rocas volcánicas de composición basáltica con amplia distribución en el noroeste y este del inmenso campo de lava que constituye la meseta de Somún Curá. Se destacan para estas rocas, las denominaciones Formación Puesto Muñoz (Pesce, 1979) y Basalto Coná (Yllánez y Lema, 1979), definidas para las zonas marginales de la meseta, ya que representarían secciones parciales de la secuencia basáltica oligocena, que está, que está mejor desarrollada tanto superficial como verticalmente en el borde sudoriental de la meseta de Somún Cura. En la zona de trabajo, afloran solo en el ángulo sudoeste, al sur, sudoeste y oeste de Aguada Cecilio, entre la Ruta Provincial 58 y la Ruta Nacional 23, constituyendo una meseta suavemente ondulada, que cobra altura hacia el oeste, sin grandes desniveles relativos.

Los espesores son variables, desde un par de metros en la zona marginal aumentando hasta treinta metros hacia el centro de la meseta, espesores estos debidos a la superposición de varias coladas, fuera del área en estudio.

Litológicamente la Formación Somún Curá está constituida por basaltos olivínicos de colores gris a gris oscuro, con abundantes motas castaño – rojizas y numerosas vesículas. Al microscopio, según Cucchi, (1979), son holocristalinas con textura intergranular a subofilítica, compuestos por plagioclasa ácida (oligoclasa – andesina) con olivina casi totalmente alterada a iddingsita. Las vesículas pueden estar rellenas de zeolitas, en algunos casos con rebordes cloríticos y vidrio con estructura esferulítica.

En algunos lugares, entre las coladas se intercalan lentes de basalto escoriáceo de diez a quince centímetros de litología y es común observar intercalaciones blanquecinas de niveles calcáreos arcillosos de origen hidrotermal. La identificación de las coladas también se puede realizar utilizando el diaclasamiento vertical presente, la alternancia de zonas vesiculares y masivas, o por la delgada superficie de discontinuidad que queda entre coladas de diferente edad, rellena de un material terroso pardo. Hacia el extremo oriental del área en estudio, en las cercanías de Aguada Amarga, se observan por lo menos dos coladas, separadas por una capa de toba blanquecina. Se disponen en los bordes de la meseta, al sur del cerro Sombrero, elevación esta que constituye uno de los pocos relictos de basalto al norte de la Ruta Nacional nº 23. Ardolino, (1981) menciona la presencia de tobas de la Formación Sarmiento acompañando las efusiones de los basaltos oligocenos en el área de Telsen, encontrándolas por debajo, intercaladas entre las coladas o incluso cubriéndolas, pero la escasa expresión de las tobas presentes en la zona, y el no poder observarlas excediendo el ambiente de la meseta basáltica, no permite establecer si estas tobas pertenecen a la Formación Sarmiento o son pequeños eventos locales que acompañan las coladas.

Las primeras referencias de la edad de los basaltos corresponden a Wichmann, (1927), quien las incluyó en el Basalto I y II del Mioceno y Plioceno respectivamente. Flores, (1957), en Telsen, los asocia al Sarmientense y Nakayama et. al, (1979), les atribuye a una edad eocena – oligocena, basado en la intercalación con las Tobas Sarmiento. Page, (1977), basado en consideraciones estratigráficas y radimétricas considera a los basaltos de la zona de Telsen, pertenecientes a esta formación, como correspondientes a dos ciclos: uno Oligoceno y otro Mioceno. Basándose en numerosas dataciones, Ardolino, (1981), señala dos subagrupamientos isotópicos, uno en el Oligoceno medio y otro en el Oligoceno superior, lo que podría indicar dos periodos de actividad magmática. Un agrupamiento equivalente es presentado por Marshal et. al., (1976), para basaltos y tobas asociados con los horizontes portadores de mamíferos del terciario medio y superior en la Patagonia. Por lo expuesto, se considera una edad Oligoceno para estas rocas en el presente trabajo.

6) Complejo sedimentario Post-Plioceno: Se agrupan dentro de este complejo los depósitos continentales del Terciario Superior (Formación Río Negro) y todos los sedimentos correspondientes al Cuaternario: depósitos aluviales, coluviales, eólicos, lagunares, Formación Tehuelche (“Rodados Patagónicos”) y depósitos de remoción de masa (derrumbes marginales de la meseta basáltica). La Formación Río Negro (Plioceno) se compone de areniscas de grano medio a fino que progresivamente aumentan el tamaño de los granos hacia el noroeste. Estas areniscas se encuentran intercaladas por cuerpos lenticulares de arcilla a distintos niveles. Los máximos espesores alcanzan los 150 m disminuyendo progresivamente en dirección oeste y noroeste. Los sedimentos aluviales, coluviales y eólicos aparecen rellenando tanto los cursos de agua permanentes y temporales como los fondos de las depresiones y pequeñas lagunas. Estos sedimentos se encuentran constituidos por gravas, arenas, limos y arcillas en diferentes proporciones. La Formación Tehuelche (“Rodados Patagónicos”) tiene un importante desarrollo superficial, coronando las mesetas y terrazas más amplias. Litológicamente se componen de gravas con clastos polimícticos, con matriz arenosa, y se encuentran cementados en su base por carbonatos. Desde un punto de vista hidrogeológico se consideran como sedimentos de porosidad intersticial y permeabilidad de moderada a alta, de gran importancia hidrogeológica. Esta importancia se debe a su amplia extensión y al gran número de captaciones existentes en los mismos. (Lambán, 1998)

Rodados Patagónicos: Bajo esta denominación se incluyen depósitos de gravas y gravas arenosas que constituyen los afloramientos de mayor extensión areal, abarcando desde el borde sur del Gran Bajo del Gualicho y Bolsa del Gualicho al norte hasta el macizo de Somún Cura al sur, y desde la laguna de Curicó al oeste y la costa del Golfo San Matías al este. Litológicamente están constituidos por un conglomerado polimíctico, clasto sostén, de clastos medianos a gruesos, con clastos finos en forma subordinada, matriz escasa arenosa y cierta cantidad de material calcáreo, no superior al 10%. El cemento .resulta netamente calcáreo, es abundante en la parte superior y llega a desaparecer en profundidad y junto con la matriz indican para el momento de la depositación de las gravas en clima de estaciones bien marcadas, con precipitaciones anuales no superiores a los 500 mm y bajas temperaturas en invierno (Fidalgo y Riggi, 1970). Los clastos son redondeados a subredondeados y están integrados por vulcanitas (riolitas, dacitas, andesitas y basaltos), plutonitas, cuarcitas y sedimentitas. Hay algunos lentes arenosos de escasa magnitud.

El origen de estos rodados genero una extensa controversia, siendo considerados marinos, glaciares, fluviales y glacifluviales. Fidalgo y Riggi (1970) sintetizaron el problema manifestando que en la Cordillera Patagónica pueden ser de origen glaciar y glacifluvial, pero en la zona intermedia y vecindades de los mayores cursos de agua, el origen fluvial sería el más frecuente. Estructuralmente estos depósitos de conglomerados no presentan en general evidencias de estratificación, aunque en algunos cortes en canteras, se observan groseras estratificaciones diagonales y hasta algunas artesas. Los espesores decrecen en líneas generales hacia el este, teniendo un promedio de hasta 5 m de espesor en la meseta central, y como máximo 10 m en las canteras ubicadas al sur del área en estudio. Estas características indican, según Fidalgo y Ricci (1970) que la distribución tuvo lugar por medio de paleocanales sobre una superficie con suaves irregularidades constituida por sedimentitas de la Formación Río Negro, en dirección predominantemente noroeste – sudeste. Los Rodados sobreyacen en discordancia erosiva a las rocas de la Formación Río Negro y el techo se localizan, particularmente en las depresiones o bajos menores, sedimentos finos de origen fluvial o eólico. De acuerdo a las consideraciones efectuadas por Fidalgo y Ricci (1970) puede admitirse que los bancos topográficamente más altos habrían comenzado a depositarse en el Plioceno superior, existiendo más de un ciclo de sedimentación durante el Pleistoceno.

Formación Baliza San Matías: Los afloramientos de esta unidad, definida por Angulo et. al. (1978), constituyen con frecuencia las denominadas restingas que se observan en Las Grutas. Sólo son observables con marea baja, quedando casi la totalidad del depósito entre los niveles de pleamar y bajamar. Litológicamente estos depósitos están constituidos por conglomerados con matriz arenosa, con clastos de rodados y valvas de moluscos (como clasto) , con una estratificación gruesa pero bien definida, a veces diagonal o entrecruzada en artesa.

Los rodados tienen de tres a cinco centímetros de diámetro su mayoría, y excepcionalmente alcanzan los quince centímetros. Las valvas de moluscos, especialmente pelecípodos, con tamaños de tres a ocho centímetros y espesores de tres milímetros aproximadamente, se hallan fracturadas en su gran mayoría, siendo muy escasos los ejemplares enteros, llegando a estar trituradas al tamaño de la matriz.

El cemento es calcáreo y de color castaño amarillento a castaño oscuro. En algunos sectores disminuye el porcentaje de clastos líticos, aumentando el de la conchilla lo que le confiere el aspecto de lumachella. En la cercanía de Las Grutas se observan abundantes ejemplares de Ostreas sp. Provenientes de la Formación Gran Bajo del Gualicho, mezclados con ejemplares de moluscos actuales.

En el obrador del Puerto de San Antonio Oeste, una perforación del ITMAS dio valores de hasta veinte metros de espesor. Esta unidad se apoya en discordancia erosiva sobre la Formación Gran Bajo del Gualicho y es cubierta en relación similar por la Formación San Antonio, o depósitos marinos actuales. Porro y Fidalgo, (1981), efectuaron dos dataciones de Carbono 14 que dieron edades mayores de 27.000 y 40.000 años, lo que junto a la presencia de moluscos actuales, la posición estratigráfica y las características sedimentológicas los llevaron a signarle una edad Pleistoceno superior, relacionando estos depósitos con un nivel del mar correspondiente al último interglacial. Estos valores sin embargo, están mediatizados por las dudas que le cabe actualmente los valores de Carbono 14, por contaminación atmosférica y no se ajustan a la evidente relación que tienen con depósitos similares en las provincias del Chubut (Hoja Rawson) y Santa Cruz (Hojas Las Heras y Bahía Langara)y los estudios realizados sobre depósitos de cordones y terrazas marinas realizados por varios autores, Feruglio, (1950), Bayarsky y Codignotto, (1982), y Codignotto et. al, (1993). En resumen, se establece para esta Formación una edad tentativa Pleistoceno inferior – medio?, por considerarla más antigua que los depósitos de cerro Unión, pero más joven que los depósitos de Rodados Patagónicos (Martínez et al, 1998).

Depósitos de Piedemonte. Nivel I: Estos depósitos, atribuidos por Núñez, (1973), al Rionegrense, tienen un desarrollo areal reducido, ya que están disectados y son cubiertos por los sedimentos del Nivel II. Se los encuentra inmediatamente al oeste de la laguna y en la Estancia La Pichana. Son depósitos tipo flujo con una grosera alternancia de capas con estratificación diagonal muy mal definida con capas homogéneas más delgadas. Litológicamente de composición conglomerádica polimíctica, con muy pobre selección granulométrica, ya que se encontraron clastos desde 15-20 cm hasta arena gruesa, con abundante matriz arenosa media a fina. Las capas estratificadas tienen en general una granulometría más fina que las homogéneas, llegando a ser areniscas conglomerádicas. El espesor total del afloramiento no supera los cinco a seis metros. Por la posición estratigráfica y las características sedimentológicas, se le asigna una edad tentativa de Pleistoceno medio a superior, (Martínez et al, 1998).

Formación Laguna Indio Muerto: Fue definida por Sepúlveda, (1983), para designar las sedimentitas que coronan los pedimentos en los flancos de los grandes bajos de Valcheta, del Gualicho, Bolsa del Gualicho y de la Laguna Escondida. Constituyendo lo que se suele denominar como depósitos de material en tránsito sobre los pedimentos de flanco. Litológicamente se trata de conglomerados y aglomerados polimícticos de matriz limo arenosa, poco consolidados y groseramente estratificados. Los rodados provienen de la meseta de Rodados Patagónicos y participan también como clastos conchillas provenientes de las formaciones marinas infrayacentes. Presentan una suave pendiente, propia de la superficie de transporte de flanco, pasando en algunos casos en forma insensible a depósitos coluviales o aluviales. Su espesor varia de algunos centímetros a cuatro o seis metros, siendo más potente en la parte proximal. El autor le asigna a estos depósitos una edad holocena por ser posteriores a los rodados patagónicos y considerar además que medió entre ambos un periodo de fuerte erosión. Además están cubiertos por sedimentos modernos sin que medie entre ambos, en la mayoría de los casos, diferencias considerables (Martínez et al, 1998).

Formación San Antonio: Definida por Angulo et. al (1978) para designar a los depósitos de cordones costaneros arenosos con participación variable de conchillas, localizados topográficamente más altos que el nivel actual del canal de mareas de San Antonio Oeste. Estos cordones costaneros arenosos, mencionados por Feruglio (1950) como Terraza VI en Comodoro Rivadavia, se encuentran prácticamente en toda la costa atlántica patagónica, desde Tierra del Fuego hasta San Antonio Oeste. Aflora en los bordes del canal de mareas que rodea San Antonio Oeste, extendiéndose no más de tres kilómetros al norte de la costa y hasta unos diez kilómetros al oeste de la boca del canal. Estos afloramientos se componen de dos o mas lomadas o cordones de uno a tres metros de espesor, estando la inferior compuesta por grava arenosa, con rodados de uno a dos centímetros y conchillas de dos a tres centímetros, con grosera estratificación granocreciente y colores gris blanquecino a gris castaño. El cordón superior que se une con el anterior hacia el este, tiene composición más arenosa que el inferior, y menor participación de rodados. Además las conchillas son mas abundantes y de tamaños, que alcanzan los cuatro a cinco centímetros. Los colores son grises a gris castaño. Los afloramientos están cubiertos por sedimentos eólicos con espesores de medio metro a un metro. El cordón inferior se encuentra topográficamente a seis u ocho metros sobre el nivel de la pleamar, pudiendo alcanzar los cordones superiores alturas de diez a doce metros. Esta unidad se apoya en discordancia erosiva sobre la Formación Bahía San Matías y sobre la Formación Gran Bajo del Gualicho, siendo cubierta por sedimentos eólicos mayormente o por sedimentos aluviales en algunos casos.

Las dataciones absolutas realizadas por Porro y Fidalgo (1981) registran valores de 28.000 a 40.000 años, que no son consideradas confiables, dado lo amplio del rango y que presentan una gran contaminación ambiental (Martínez et al, 1998)

Por la abundancia de pelecípodos actuales, la posición geológica y características geomorfológicos que la hacen asimilable a los depósitos de conchilla de la costa bonaerense, particularmente a los de la Formación Las Escobas que representaría el nivel más alto del más posterior a la última glaciación, Porro y Fidalgo, (1981), le asigna una edad holocena, criterio compartido por los autores de la Hoja geológica 4166-II San Antonio Oeste.

Depósitos de Piedemonte. Nivel II: Conforman la parte distal de un gran abanico ubicado en el extremo sudoeste de la Hoja 4166-II San Antonio Oeste y que presenta una llamativa geoforma claramente observable en la imagen satélite. Compuesto por gravas, arenas y limos escasamente consolidados, no tiene una relación visible con otras unidades que permita ubicar con certeza su edad, pero por su morfología y que parece bastante más joven que el relicto del Nivel I que cubre, se lo ubica dentro del holoceno reciente.

Depósitos de Piedemonte. Nivel III: Conforman la parte superior del abanico antes citad. De menor distribución areal que el Nivel II, tiene composición similar a este. Cubre al Nivel II, siendo esta la única relación estratigráfica observable.

Depósitos Aluviales: estos depósitos se localizan en las numerosas quebradas o cañadones que convergen hacia el fondo de los bajos. también se lo encuentra en los fondos de los bajos menores, formando el piso de estos o rodeando las pequeñas lagunas y salitrales y constituyendo los depósitos de la planicie actual del río Negro.

Depósitos Evaporíticos: Son depósitos de sedimentos pelíticos salinizados o barreales, constituidos por limos y arenas aluviales con abundante concentración de sales, ubicados en el salitral a sur de la laguna de Curicó y en los bordes de esta, como así también en los fondos de algunos bajos menores.

Depósitos Eólicos: Se ubican principalmente sobre los faldeos norte y este del Gran Bajo del Gualicho, sobre la planicie de rodados al este y norte de San Antonio Oeste y sobre los depósitos coluviales que cubren la Formación Gran Bajo del Gualicho al sur y al norte de la localidad antes citada. Son acumulaciones de material psamítico, en parte limoso, conformando mantos de arena o médanos embrionarios. Sobre la planicie de rodados, se encuentran indicios de edafización de algunos de estos depósitos con evidencias de paleosuelos y niveles muy delgados de tosca sobre las caras superiores de los mantos arenosos superpuestos.

Medanos: Son acumulaciones móviles o fijas, de tipo barjanoide principalmente, que ocupan toda la zona central de la espiga que cierra la Bahía de San Antonio y la franja costera, hacia el este hasta unos 30 Km. de la ciudad y hasta varios kilómetros más al sur del balneario de Las Grutas. También se encuentran acumulaciones medanosas, del tipo longitudinal, en el fondo del sector occidental del Gran Bajo, desde la altura de Puesto Gaviña hijo, hasta la desembocadura del arroyo Barbudo en el norte del salitral del Gualicho.

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