martes, 28 de junio de 2011

Capítulo 5 - Hidrogeología - Antecedentes - Hidrología Superficial y Subterránea - Hidroestratigrafía

Capítulo V

Hidrogeología

5.1- Antecedentes hidrogeológicos superficiales y subterráneos

La información hidrológica disponible se encuentra en una base de datos elaborada por el Departamento Provincial de Aguas de Río Negro, a partir de considerar gran parte de las perforaciones existentes en la provincia, y en ella se dispone de la siguiente información.

Datos generales: código, propietario, situación, equipo perforador, inicio y acabado de la obra, profundidad y destino (uso).

Datos específicos para cada nivel acuífero: base, techo, nivel estático, caudal depresión y salinidad.

Datos de perforación: entubación (material y diámetro), filtro (tipo, diámetro, longitud, abertura y posición).

Asociada a esta base de datos existe una información complementaria de tipo hidrogeoquímico. En la zona noreste de la meseta de Somuncurá la información disponible, sobretodo en lo referente a la hidrogeoquímica de los manantiales existentes en la misma, es especialmente detallada como consecuencia de estudios preliminares realizados (Sisul y Olivares, 1992). Es importante mencionar que de la mayor parte de los puntos de agua existentes en la base de datos comentada no se conoce la situación exacta, teniendo únicamente una idea aproximada de la misma. No existe ninguna cartografía donde se sitúen dichos puntos. únicamente se conoce la situación exacta de los manantiales existentes en parte de la meseta del Somuncurá tomando como base un mosaico basado en la fotografía aérea a escala 1:50.000 tomadas en el año 1963 y confeccionado por el Instituto Foto Topográfico Argentino.

La información hidrogeoquímica existente del área de Sierra Grande – Valcheta corresponde fundamentalmente a los manantiales situados al noreste de la meseta de Somuncurá (Sisul y Olivares, 1992) y a los puntos de agua en la Cuenca del Arroyo Salado, en Sierra Grande (Roman y Sisul, 1980), este último estudiado intensamente por ser el que provee de agua potable a la localidad de Sierra Grande y al yacimiento de hierro de HIPASAM (hoy inactivo).

5.1.1. Hidrología superficial:

Uno de los rasgos fisiográficos más sobresalientes de la comarca es el endorreísmo, es decir, la ausencia de una conexión hidrológica, superficial o subterránea, que permita la evacuación del agua que accede a esta zona. La red de drenaje superficial es difusa, muriendo en ocasiones en las zonas llanas por evaporación y percolación de las aguas superficiales o bien por acumulación en depresiones cerradas de diverso tamaño, donde sufre un proceso de evaporación provocado por un régimen climático marcadamente árido (precipitaciones menores a los 300 mm/año, valores estimados de evapotranspiración de cercanos a los 600 mm/año a lo que se suma la acción de intensos y constantes vientos y una elevada insolación). A lo quede agregarse la irregularidad de las precipitaciones, que generalmente se presentan como lluvias breves y torrenciales.

La red de drenaje considerada regionalmente, puede ser definida como un enorme ejemplo de diseño radial centrífugo. En detalle muestra en general un diseño dendrítico y un centrípeto subordinado, con sectores donde los valles evidencian un marcado control estructural a favor de fracturas que se entrecruzan formando ángulos menores a los 90º, lo que determina una configuración en planta, zigzagueante. Los cursos son de tipo permanente a intermitentes. Estos aspectos llevan a suponer “a priori” un rejuvenecimiento regional a partir de cursos de habito meandriforme preexistentes. Analizados más detenidamente, se reconoce que tales características se deben a la acción combinada del indicado control estructural, de un progresivo redondeamiento de las angularidades de la forma zigzagueante original, y de un paulatino atrincheramiento, que resulta de cambios en el nivel de base local o de la evolución propia del perfil longitudinal del río, tendiente a alcanzar su condición gradada con respecto al nivel de base controlante (González Díaz y Malagnino, 1984).

Los valles así originados, son generalmente del tipo asimétricos (entallados), relacionados con estructuras y/o evolución aun no analizada, pero con una pendiente de socavamiento que hace clara su simetría. En el tramo de transito hacia la zona marginal de la planicie basáltica, los cañadones “se abren”, principalmente por fenómenos de remoción en masa. De este modo ese tramo adopta la configuración “en trompeta” o de embudo, alargado y con la máxima profundidad, con su ápice orientado aguas arriba. Este aspecto de los cañadones los observamos en los arroyos Tembrao y Valcheta. (González Díaz y Malagnino, 1984)

La mayor parte de las escasas aguas superficiales ingresa a la región procedente de la Meseta de Somuncurá, desde donde bajan en forma centrípeta, como arroyos y manantiales. Los basaltos que coronan la meseta se comportan como un inmenso receptor y almacenador de las aguas meteóricas, las que se infiltran por las grietas de la roca y descienden a niveles inferiores, aflorando en los faldeos de la meseta. En el área objeto del presente trabajo se encuentran cinco arroyos de este tipo, y una serie de lagunas y bajos sin salida. La mayoría de cauces y lagunas, son de régimen temporal, con la única excepción del arroyo Valcheta y las lagunas que se encuentran en los bajos mayores. Los arroyos, que salvo el Valcheta no llegan con caudal permanente a la altura de la línea férrea, descriptos de este a oeste son:

Arroyo Pailemán o Corral Chico: Nace desde pequeñas vertientes en el borde oriental de la meseta, escurriendo entre las Sierras Pailemán y otra elevaciones menores que lo separan del Arroyo Tembrao, para insumirse, unos 18 Km. después, en las cercanías de una aguada. De carácter efímero, sigue un rumbo aproximado sureste – noreste.

Arroyo Tembrao: Tiene sus orígenes en las laderas orientales de la meseta de Somuncurá. Recorre en total unos 50 Km., primero en dirección oeste – este, para luego tomar rumbo finalmente hacia el noreste, luego de describir dos arcos contrapuestos, hasta desaguar en la laguna Pichana, donde se encuentra el casco de la estancia Gitano. Este arroyo, actualmente de carácter efímero y poco caudal, en otras épocas de más caudal desarrolló un significativo abanico aluvial, que coalece con los ubicados en ambos lados, llegando casi hasta la Ruta 23, en las cercanías del área de bombeo.

Arroyo Chasicó: Se origina en el flanco noreste de la meseta, tomando luego rumbo al este. Transcurre entre elevaciones que delimitan su cause, describiendo una serie de meandros pronunciados, hasta insumirse en una hoya lacustre, cercana al jagüel del puesto Jiménez, ubicado cerca de la Ruta 23.

Arroyo Paja Alta: También nace en las elevaciones y desprendimientos de la meseta, corre en dirección sudoeste – noreste durante unos 20 Km. hasta insumirse en las cercanías de un jagüel próximo a la Ruta 23.

Arroyo Valcheta: Es el más importante de la región y el único con caudal permanente todo el año. Nace de unos manantiales que surgen de tres grupos de vertientes en el Paraje Chipauquil (Tierra blanca) ubicados en las laderas septentrionales de la meseta, que se unen en un punto llamado " La Horquilla", de allí toma una dirección predominante hacia el nordeste, y termina luego de unos 75 Km. desaguando en la laguna o salitral de Curicó. En sus márgenes, y en intersección con la Ruta 23, se ubica la localidad del mismo nombre, que es el único centro urbano y agrícola significativo en la región.

Aguadas, manantiales, vertientes o mallines: Se observan en los bordes de la meseta basáltica. Esta constituye una importante superficie de captación de las precipitaciones pluviales y nivales, donde el agua se insume en las grietas de disyunción y desciende hasta encontrar niveles impermeables, surgiendo luego en las laderas de la meseta, directamente del contacto entre los basaltos de la Formación Somuncurá y las sedimentitas marinas del Miembro Aguada Cecilio de la Formación Arroyo Barbudo, como es en el caso de la localidad de Aguada Cecilio; o a través de las sedimentitas marinas como ocurre en Aguada Amarga. Son de escaso caudal, prácticamente constante a lo largo del año, y se insumen luego de un breve recorrido. En el caso de Aguada Cecilio, el caudal obtenido (3 m³/h, Lambán 1988) se debe a los drenes construidos para garantizar la cantidad y calidad del abastecimiento de agua de la localidad homónima. En Aguada Amarga en cambio, no existe obra de captación alguna, y el agua que surge de la misma sustenta la relativamente abundante vegetación del mallín.

Lagunas: Se trata de pequeñas cuencas endorreicas, donde el agua procede de la precipitación directa y de escorrentías superficiales. Por la elevada relación superficie/profundidad, los constantes vientos y las escasas precipitaciones, son generalmente efímeras. Las más importantes, por el tamaño y la cercanía al área de bombeo son la Laguna del Galgo y la Laguna Pichana, ubicadas al nordeste y sur, respectivamente. También llamada laguna, pero que bien merecería denominarse lago, es la Laguna de Curicó, destino final del arroyo Valcheta, ubicado en el extremo nordeste del área estudiada.

Bajos sin salida: Los bajos son cuencas cerradas, de diverso origen (tectónico y/o deflación eólica), sin salida superficial, que constituyen el nivel de base de varios arroyos transitorios que conforman una red de drenaje centrípeta. Constituidos por depósitos de diverso origen, con distintos tipos de playa intercalados en depósitos cuaternarios, cubiertos a su vez por depósitos continentales Plio - Pleistocenos.
En épocas de lluvias se comportan como lagunas, y en épocas de sequía se transforman en salinas. Los principales en el área en estudio son los Bajo del Paisano, Bajo El Petiso, y el mayo, el Bajo Valcheta.

5.1.2. Hidrología subterránea

Dentro del área, y desde un punto de vista cuantitativo, se pueden diferenciar cuatro grandes conjuntos de materiales de menor a mayor importancia hidrogeológica (Lambán 1998):

1) Rocas de porosidad intersticial dada por fisuras con permeabilidad baja a muy baja: Corresponden a la Formación Marifil, que si bien puede llegar a considerarse impermeable a escala regional, a nivel local existen varias obras de captación en esta formación, correspondiente a pozos cavados a mano (jagüeles) mediante el uso de barrenos o explosivos que permiten “conectar” fracturas de circulación preferencial de agua subterránea. En general se trata de obras de escasa profundidad (inferior a los 10 m) y reducidos caudales (0,2 a 1,5 m³/h) elevados con molinos o sistemas manuales. En aforos realizados como consecuencia de labores mineras los caudales no superan por lo general los 3 m³/h. Al tratarse por lo general de materiales próximos al área de recarga local (Formación Somuncurá) el agua suele ser de buena calidad, pudiéndose utilizar para el consumo humano (Lambán 1998).

2) Sedimentos y rocas de porosidad intersticial con permeabilidad moderada a baja: Formación Roca y Formación Patagonia. Las obras de captación existentes son perforaciones y pozos cavados, en general profundos (80 – 100 m), que dan lugar a caudales de entre 1 a 20 m³/h. A pesar de ello estas formaciones se sitúan dentro de este grupo debido a que se trata por lo general de aguas muy salobres como consecuencia de la existencia de importantes capas salinas. El residuo seco es superior a los 12.000 mg/l pudiéndose llegar en algunas perforaciones hasta los 30.000 mg/l. Se trata por lo tanto de un agua que se destina fundamentalmente al consumo ganadero, especialmente ovino, en áreas donde no existe otra posibilidad. (Lamban, 1998).

3) Sedimentos y rocas de porosidad intersticial con permeabilidad moderada a alta: Depósitos cuaternarios, los materiales correspondientes a este grupo son sedimentos aluviales, coluviales y eólicos, la Formación Tehuelche (Rodados Patagónicos) y los derrumbes marginales de la meseta basáltica. En estos materiales existen perforaciones y pozos cavados que captan acuíferos freáticos con profundidades de entre los 10 y 40 m, excepcionalmente pueden llegar a alcanzar los 90 m (Sierra Grande). La profundidad de los niveles estáticos oscila entre los 8 y 20 m, los caudales extraídos oscilan 2 y 20 m³/h y el residuo seco se encuentra comprendido entre los 500 y 5.000 mg/l. Localmente pueden existir concentraciones excesivas en algunos elementos tales como el flúor o el arsénico, siendo posible además la existencia de una contaminación bacteriológica al tratarse de acuíferos poco profundos. (Lambán 1998)

4) Rocas de porosidad fisural con porosidad intersticial asociada y permeabilidad predominantemente alta: Formación Somuncurá. Los materiales correspondientes a esta formación constituyen sin lugar a dudas los de mayor importancia hidrogeológica. Dicha formación constituye la principal área de recarga a escala regional como consecuencia de sus características litológicas, estructurales y topográficas. Las únicas obras de captación existentes en esta formación corresponden a los precarios acondicionamientos realizados en algunos manantiales naturales (drenes). Es importante indicar que con mejores diseños para el aprovechamiento de estas surgencias podría obtenerse un mayor caudal al actual. Los mayores caudales obtenidos hasta el momento corresponden al Manantial de Aguada Cecilio (3 m³/h). Además de estos manantiales existen otros muchos de menor magnitud, en gran parte inventariados y aforados como consecuencia de los estudio preliminares de la meseta del Somuncurá (Sisul y Olivares, 1992). No ha sido posible la realización de un balance hídrico dado que los manantiales inventariados sólo representan una parte del sistema. Con respecto a la calidad química se puede decir que se encuentra íntimamente relacionada con el punto de surgencia. Los manantiales que afloran sobre las fracturas del basalto o en los materiales de los derrumbes y coluvios presentan una buena calidad, con un residuo seco comprendido entre los 500 y 1.500 mg/l, mientras que los manantiales situados sobre las formaciones marinas situadas debajo de las coladas de basalto aumentan su salinidad llegando a alcanzar los 5.000 mg/l. Los estudios realizados hasta el momento no han permitido conocer la causa de esta relación.

En la Tabla 2 (Lambán 1998) se presenta un cuadro resumen indicando el grupo o formación, tipo y profundidad de la captación, profundidad del nivel estático, caudal aproximado y calidad para cada una de las unidades hidrogeológicas relacionadas con la Meseta de Somuncurá.

5.1.3. Hidroestratigrafía del área de estudio

Acuífero Aluviales (0 – 8 m.b.b.p.): Estos depósitos se localizan en las numerosas quebradas o cañadones que convergen hacia el fondo de los bajos. También se lo encuentra en los fondos de los bajos menores, o rodeando las pequeñas lagunas y salitrales. De litología muy diversa, presenta niveles psefíticos y psemíticos en los cauces más importantes de la zona de estudio que estando saturados de agua presentan un adecuado comportamiento acuífero, pero de poca extensión areal muy relacionados al subalveo de los arroyos. En el área de los pozos de estudio forman parte de la zona no saturada. (Foto 13)

Acuitardo del Complejo sedimentario Post-Plioceno (8 – 20 m.b.b.p.): Aquí representados por la Formación Río Negro (Plioceno) se compone de areniscas de grano medio a fino. Estas areniscas se encuentran intercaladas por cuerpos lenticulares de arcilla a distintos niveles se encuentran fuertemente cementados por carbonatos. Desde un punto de vista hidrogeológico el Complejo sedimentario se consideran como sedimentos de porosidad intersticial y permeabilidad de moderada a alta, de gran importancia hidrogeológica (Lambán, 1999). En el área de estudio su tipo litológico, fuerte cementación limitan sus posibilidades acuíferas. Esta unidad de encontrarse saturada tendría el comportamiento de un acuitardo.

Acuícludo de la Formación Bajo Gualicho (20 – 68 m.b.b.p.): Denominación aplicada dentro del área de estudio a las sedimentitas marinas consideradas eocenas – miocenas correspondientes a las ingresiones llamadas patagoniense y entrerriense. A partir de la identificación de microfósiles se determinado una edad Miocena y correlacionable con la Formación Puerto Madryn y Gran Bajo el Gualicho. Litológicamente esta constituida por arcillas de color verde grisáceo la sección entre 20-25 m.b.b.p. se caracteriza por fangolitas arenosas, margosas y calcoarenosas, con intercalaciones areniscas de grano muy fino y limoarcilitas, la sección entre 25 – 68 m.b.b.p. se distingue por su contenido de vidrio volcánico aunque es igualmente arcillosa. Su tipo litológico, principalmente arcilloso, permite considerarla como acuícludo, su importancia radica en que constituye el nivel semiconfinante del Acuífero Marifil. En el área de estudio también forma parte de la zona no saturada que suele extenderse hasta la base de la misma.

Acuífero Marifil Sección Fisurada (68 – 74 m.b.b.p): Con esta denominación se hace referencia en este estudio a la Sección fisurada de la Formación Marifil que se encuentra constituida principalmente por riolitas, riolitas porfíricas e ignimbritas. La fracturación puede tener un espesor variable, si bien se ha determinado en el área de las perforaciones de estudio un espesor entre 7 a 10 metros los jagüeles excavados en la región de afloramiento pueden alcanzar los 20 metros. A partir de las muestras de perforación se realizaron las descripciones microscópicas sobre cortes que permitieron definir una roca de textura porfírica, con fenocristales de cuarzo primario ehuedrales que presentan engolfamientos de corrosión magmática. El cuarzo secundario, es en parte pavimentoso, Contiene también escasos fenocristales de plagioclasa y una marcada alteración sericitico arcillosa de los feldespatos. Las muestras se pueden clasificar como un granófiro correspondiente a la facie hipabisal porfírica de una riolita. Regionalmente las riolitas se encuentran dispuestas en forma de coladas. Desde un punto de vista hidrogeológico se trata de rocas que a escala regional son impermeables.(Lambán, 1999). Sin embargo las sección superior alterada y fracturada permite el desarrollo de una porosidad intersticial y fisural. En toda la región de estudio las perforaciones perforadas o excavadas se realizan hasta alcanzar este nivel fisurado de las rocas riolíticas, en los bajos la profundidad de las captaciones puede alcanzar los 80 - 90 metros de profundidad. La sección fisurada de la Formación Marifil constituye el único nivel saturado del área de estudio y suprayace al mismo la Formación Bajo Gualicho comportándose como el nivel que semiconfina el acuífero. La prospección geoléctrica realizada en al zona permitió determinar valores de entre 100-200 ohm.m para el horizonte resistivo atribuible y correlacionable con la sección acuífera de la Formación Marifil; este horizonte se resuelve con dificultad en profundidad y por su poco espesor puede asimilarse por la mayor respuesta resistiva de la sección acuífuga inferior la Formación Marifil. Si bien actualmente se está realizando el estudio hidrodinámico e hidroquímico regional de esta unidad acuífera la misma presenta en el área de los pozos de estudio caudales bajos (entre 3 – 7 m³/h) caudales específicos de 0,4 – 0,6 m³/h.m y valores de conductividad de sus aguas entre 7000 – 9000 µS/cm. En el área de estudio, las calidades químicas son naturalmente inaptas para consumo humano a no obstante este acuífero constituye la única reserva de agua disponible en la región y se emplea comúnmente en la ganadería ovina.

El Basamento Hidrogeológico de la región pueden constituirlo la misma Formación Marifil en las áreas o profundidades donde la escasa alteración o fracturación no permite un adecuado comportamiento acuífero. Por lo tanto, el acuífero Marifil es arealmente discontinuo dificultándose su localización por métodos geofísicos indirectos cuando el espesor sedimentario suprayacente es importante. Las metamorfitas del basamento y los conglomerados de la Formación Puesto Piris pueden considerarse niveles acuífugos representativos del Basamento Hidrogeológico.

Las características particulares del área de estudio permiten identificarla como una Subregión hidrogeológica característica dentro del esquema propuesto por Santa Cruz y Silva Busso, (2000). Esta incluiría una amplia región en principio limitada al norte por el Río Negro, al sur y oeste por el macizo de Somuncurá y al este por la costa Atlántica. Esta Subregión (XIII Río Negro, Región Patagónica) presentaría el cuadro estratigráfico local indicado en la Tabla 3 (Hidroestratigrafía propuesta para la Subregión Hidrogeológica XIII).

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